31 de marzo de 2012

bloqueo

El mundo ha perdido su gracia, estoy solo en un mar de gente y ruido que remite a una mudez blanca.
Mis ojos no ven a través de las membranas, se quedan, incapaces, con lo frívolo de una realidad aburrida e insulsa. Transito los días envuelto en una manta ambiental que me aísla de toda sensación, una pared en la que me apoyo para no sentir. He noqueado mis sentidos, podrías entenderlo si escucharas mis silencios.
Duermo despierto pero no sueño, es un lujo que no me puedo costear. En cambio permanezco, medio apagado medio encendido, en un reposo nebuloso en el que no caben 2.
Hubo un tiempo en el que perseguía con fervor una felicidad idónea, anhelaba despertar con ella, cantaba a la par de un dios estéreo y disfrutaba la belleza de respirar.
Quisiera saber por qué se quebró el cristal, cual fue el elemento que destruyó el prisma que coloreaba el camino.
Ya ni recuerdo su nombre, se desvanece la memoria que tanta fuerza hice para encerrar en un corazón que no resistió la presión y se endureció, ahogando un espíritu lagrimeante. No logro escuchar su voz, oler su aroma a luna ni sentir sus caricias medicinales.
Las cosas se desmoronaron, cambiaron de lugar. No te preocupes, he bloqueado el verbo y fortalecido lo frágil.

Esperame, teneme paciencia, me encontrarás cuando camine hacia la luz y pueda abrazarte, sintiendo todo lo que alguna vez pude sentir.