16 de abril de 2010

tiempo

El tiempo se escurre en mi vida, pasa sin ser percibido, se esfuma, desaparece en el caos del día, se lo roban.
Los relojes se mueven, marcan su pulso en silencio y se llevan las horas que tengo, mis minutos, mis momentos.
Los cuerpos transitan, los colores cambian, la vida rota, y sin darse cuenta, pasa.
La conciencia habita despreocupada, hace y deshace a su gusto, sin detenerse a pensar en el tiempo, ese determinante aspecto que no se puede modificar, ese controlador absoluto que con sus reglas marca los comienzos e, inevitablemente, los finales.
El tiempo no frena, sigue, sin nunca pensar, en cuanto daña.

1 comentario:

Pamela dijo...

El problema no es el tiempo, el tiempo es algo que está y es inofensivo, lo que daña somos nosotros, que vivimos sumergidos en el tiempo, pero eso no significa que tengamos que echarle la culpa.
El tiempo siempre va a estar ahí, nosotros no.