25 de octubre de 2015

letra chica

Te despertás con la extraña sensación de vivir en un país previsible, con reglas claras y números ordenados que te permitan planificar a largo plazo, quizás hasta –si el tatuaje noventoso de la fantasía importada del sueño americano aún late nostálgico en tu corazón dolarizado- imaginarte con la casa grande, los chicos y el perro Golden esperándote al volver del laburo. Esto, que parece un momento sacado de una mala publicidad de la familia kodak, es algo a lo que más de un argentino promedio aspira alcanzar en un futuro –con un poco de suerte- no tan lejano. Sin embargo, la calma y estabilidad no depende de nosotros, sino de 3 o 4 tipos que tomen las riendas del carnaval macroeconómico que viene gestándose desde el 2009 (siendo optimista) y ordenen un poco la fiesta, que en esta ocasión, verdaderamente no se sabe cómo se va a pagar.
Para esto, los gurúes nunca faltan, y más aún en tiempos de elecciones como los que nuestro deber cívico nos obliga a atravesar en este año tan particular como el 2015. Así, los 3 candidatos con más chances de ocupar el tan ansiado sillón de Rivadavia se reparten su escaso tiempo entre flashes, spots publicitarios que destacan por su creatividad y vacío contenido y sonrisas Colgate impuestas por sus cientos de asesores. Bajo la fiebre de poses y muletillas aprendidas de guión, dejan a sus especialistas económicos tomar cierto protagonismo porque, admitámoslo, nadie quiere ser la vedette de una obra sin público que pueda comprar sus entradas. Así reaparecen del placard de los recuerdos (algunos más lastimosos que otros) los esqueletos naranjas, amarillos y rojos. Todos con el verdadero secreto de la Sibarita, la solución magistral para el bolsillo peronista de un país que se mece en la indecisión pendular de putear a los yanquis por imperialistas y veranear en Miami.
El equipo del menemista devenido en progre que hoy lidera el espacio oficialista lo comanda Miguel Bein, reconocido asesor económico que suena como posible Ministro y se caracteriza por andar con muchas menos vuelta que sir Axel Kiciloff, demasiado ocupado demonizando a los malvados del norte y luchando contra esas aves conspiradoras que quieren voltear al único gobierno nac&pop por temor a su triunfo. Bein apunta al concepto de desarrollo para despegarse del curso actual que ha tomado el relato k, y habla de reorientar el foco hacia un énfasis en la inversión y no en el consumo: una manera educada de marcar el error conceptual que ha devenido en la crisis actual. Reconoce la inflación como una de las preocupaciones más serias a las que se tendrá que abordar, con un plan de 4 años para bajarla a un digito, aclara la necesidad de llegar a algún arreglo con los holdouts que le permita al país volver al crédito y el reforzamiento de las reservas ya que, como declaró para El Cronista, “El Banco Central quedó corto de liquidez”. La mayor incógnita está en cuánto podrán cambiar ante un panorama cercado por kirchneristas “puros” y hasta qué punto Scioli sacará pecho y, finalmente, se revelará.
Cambiemos propone desde su marketinero nombre el rumbo al que apuntan: uno nuevo (¿o viejo conocido?) que reactive una economía que hace 4 años que no crece. Carlos Melconian y Federico Sturzenegger son dos de los destacados del equipo de Macri, el primero más liberal y el segundo más desarrollista, que hacen hincapié en diferenciarse del caos populista del período kirchnerista. ¿Cómo plantean arreglar los platos rotos? Con una suerte de shock no tradicional que reactive la actividad evitando al máximo un simbronazo a las clases populares que puedan devenir en la profesía nacional: no se puede gobernar sin una base peronista. Para esto, prometen medidas riesgosas que pueden salir muy bien o muy mal, como levantar el cepo desde el primer día, realizar una devaluación abrupta al tipo de cambio real, una contención paulatina de los precios para bajar la inflación y arreglar con los fondos buitres. La principal diferencia entre Mauricio y Daniel, sorpresivamente para los más fanáticos, no está en el qué sino en el cómo.
Por último, el renovado Massa, a quien daban por muerto e inteligentemente ha sabido resucitar entre las cenizas más derechistas del peronismo clásico, va acompañado por Lavagna a cuanto acto le organizan, y luego de una catarata de adulaciones empalagosas, se escuda detrás del verdadero ideólogo de la recuperación post 2001. Incisivo y comercialmente sabiondo, el economista encara con el plan de 100 días para levantar el cepo, la devolución del 82% móvil de los jubilados, el cese del impuesto a las ganancias en cambio del impuesto al juego y el proyecto pro inversión. Ahí nomás, cuando todo se torna demasiado complejo para el votante medio, sale Sergio con algún titular que asesina sus posibles simpatías con los progresistas, llamando a las Fuerzas Armadas como la solución contra el narcotráfico o la majestuosa idea de bajar la edad de imputabilidad a 14 años.

Así se ve que, paradójicamente, las diferencias entre los tres son en algunos puntos, más una cuestión de envoltorio que de contenido. Estos son los candidatos que hemos elegido, los envases en los que depositamos el destino de 40 millones. Después no nos quejemos de cuan vacío está el paquete. 

1 de abril de 2015

mordisco

-No podés bancar lo obsceno- dice envalentonada mientras intenta calentar un aire ya denso de tanto vapor y fluidos, y se sirve más whisky en el vaso recargado. –No me importa lo que pienses, ni vos ni nadie-. Y ahí, automáticamente, pienso para mí mismo: ay no, ahí viene otra catarata de pensamientos seudo inteligentes de una veinteañera que roza los 30 y está enojada con el mundo por haberla pasado por arriba sin siquiera haberle dejado una buena foto de recuerdo. Las que están en Facebook, Instagram o sea cual sea la red social de moda, son posadas, fabricadas, tan falsas como sus siliconas. Tiene el maquillaje negro de los ojos corridos, me pregunto si por el vacío que le viene después del sexo o el estadío existencial en el que está ahora, medio en pedo medio filósofa, despotricando contra todas las mentiras que el universo te dice desde el momento en que abrís los ojos.
Mientras tanto me estiro en la cama, tan desnudo como ella pero con reservas: sigo drogado con su escote y la calma, que la boluda está empezando a quebrar con tanto maniqueísmo verbal, me empuja para abajo, a una relajación sincera que me hace ver, claramente, que ninguno de nosotros puede salvar el mundo. Y ahí sigue, anticipando el giro que va a dar su discurso hacia la peligrosa esquina de la nostalgia, cuando empieza a detallar cómo las cosas antes eran mejores, como mi generación se perdió lo que valía la pena, nacimos demasiado tarde para ver en vivo a Nirvana, el auge del cd y todo lo bueno que el fin de siglo parecía traer, incluido el primer éxtasis de las raves, ese con la pureza que traían los yanquis y ahora ya no se consigue: hasta el vuelo de nuestro días es mediocre.
La liquidez de la que hablaba Bauman es mucho más cierta de lo que se suele creer: nos dirigimos a un mar abandonado, absoluto y atestado de besos sin sentido y vellos púbicos que se entrelazan por el simple placer carnal y momentáneo de la falsa sensación de unidad, de la que en cuanto salimos del delirio generado en el acto queremos correr. La hipocresía avanza en todos los términos, la gente ni siquiera se molesta en molestarse.
Rodás hasta mi parte del colchón y pasás tu mano por mi pecho. Te sorprende que en una sociedad mediatizada y estandarizada todavía encuentres un chico vintage y análogo que escucha vinilos y no se depila el pecho. Bajás y subís el índice por el esternón hasta el ombligo, mirando hipnotizada el movimiento que mis pulmones le dan al cuerpo, al entrar y salir cuando el aire escapa. –Si esto no es conexión, qué lo es?- preguntás más para vos que para mí, mientras mirás de costado tu teléfono en la mesa de luz prender y apagar su luz de notificación. Mi silencio te hace sentir cómoda, la duda de si me chupa un huevo lo que decís o estoy analizando por lo bajo tu encrucijada te encripta, te sostiene, y te da la oportunidad de dejar de pretender, aunque sea por 5 minutos, que sos otra persona, alguien mejor, más sonriente, más fabricada, más ajustada a lo que se supone que tenés que ser.
Este podría ser mi momento, podría intentarlo. Bastaría con solo abrir parte de la canilla para que la catarata de esencia inunde el cuarto y me puedas conocer verdaderamente. –Estás despierto?- preguntás fuerte, sin dudar de mi somnolencia sino para que salga del ensimismamiento que tan sola te hace sentir a pesar de tenerme al lado. –Estoy acá- te respondo mirándote a los ojos. –En qué estabas pensando?- avanzás dudosa, poniendo tu cara sobre mi pecho y haciendo contacto visual, algo poco habitual en estos tiempos donde Tinder es más efectivo que un bar. –En que tenés olor a lunes- te respondo y te derretís, apreciás por primera vez algo que te hace pensar y sentir al mismo tiempo, y te mordés el labio con una sonrisa que no podés controlar. –Vos tenés olor a 90`s- me retrucás entre el cariño y el excite. El tocadiscos suena mientras alargamos el silencio, y escuchamos como Damon Albarn y sus compañeros de Blur hablan sobre estereotipos y universalidades.
Miro como se debate en tu interior la fiebre desangrada de palabras encantadas, te sentís como en el fin de un largo viaje, como un suave aterrizaje en el que el reloj no atrasa ni adelanta.             –Querés dormir un rato?- me preguntás conteniendo un bostezo –Yo no duermo con mujeres- sonrío serio. Es peligroso dormir con una persona, es probablemente el momento de mayor vulnerabilidad y cercanía que se puede tener. No intento hacerme el terapeuta berreta, pero garchar garcha cualquiera y de cualquier forma. No hay necesariamente verdadera conexión, es físico, es mecerse en un columpio de manos, transpiración y mordiscos. Dormir supone un paso más, una verdadera aceptación, una entrega que no estoy dispuesto a dar. –Y lo que acabamos de hacer como lo denominás?- susurrás mientras te subís arriba mío, rozando con tu cintura la erección que tanta parafernalia sexual me genera, variando entre aburrimiento y brazas. –Lo que te acabo de hacer es todo menos dormir, no te parece?- entrecierro los ojos y te recorro con la mirada. Dejás de sonreír por un minuto y no te dominás a tiempo, te sale la minita de adentro –te importo un poco aunque sea o soy una chonga a la que llamás cuando te aburrís?- soltás mientras te sentás en mi cintura, expectante. Temés la cruda sinceridad por sobre el confort de la mentira. –De dónde salió esa femenina vanidad?- pregunto con sorna –no es mejor simplemente estar y dejarme acariciarte?
Te bajás y acostás a mi izquierda: venías por el centro pero resbalás hacia la utopía de un sentimiento comunista que solo se encuentra en manuales antiguos y películas con finales felices. Tus piernas son un coro, las recorro como un rayo y no caigo, aguanto. Me mirás desde tu infierno y te confesás “Quiero volver al kilómetro 0”. Sé que te estás abriendo, me siento perverso porque no sé si tengo el coraje ni el deseo de bancarte en este trago globalizado que el lado salvaje tatuó en tu pobre e industrializada alma.
Permanezco en silencio, se apaga el lívido porno que te trajo e invitó hasta acá. Aflojo la coraza pero te advierto, para que no te confundas, que no me interesa una confesión careta, no quiero juegos ni conversaciones universitarias, no necesito palabras –Si esto es lo que querés, esto es lo que tenés-. Procesás el aviso y lo bajás indefensa. Se mezclan tus puntos de vista, tu parte inconstante, tu edificación posmoderna que te ha convertido en un espectro estético y cesante. –Qué es lo que te hace ser tan distinto?- aventurás intrigada –Qué tenés que te hace bancarlo más?
Medito antes de responder, lo políticamente correcto me importa tanto como la gente que muere por TV y la decencia que imploran desde religiones que flotan entre mierda. No estoy libre de duda, ni de culpa, por eso tiro la primera piedra.

-Algunos no nacimos para morir- te digo mientras te sostengo la mano, abandonando ese trance indiferente que el desierto de los 2000 nos ha inculcado.

18 de febrero de 2015

la plaza

La última gran chance opositora llegó. Hoy, miércoles 18 de Febrero, gran parte del espectro contrario al Gobierno marchará en pos de mayor libertad de Justicia, aunque los oportunismos políticos no están ausentes en esta movilización que, se espera, sea masiva en distintos puntos del país, entre los que se destaca su centro neurálgico, allí donde estarán en primera fila la Jueza Arroyo Salgado (ex esposa del difunto Alberto Nisman), en compañía de la hija mayor que la letrada tuvo con el fiscal fallecido, cuyo comienzo partirá de Avenida Congreso y culminará en Plaza de Mayo.” El control de la calle ha sido clave para la permanencia de los gobiernos hasta la conclusión de su mandato” declaraba a modo de apertura el colega Horacio Verbistky hace tan solo unos días, cuando destacaba la importancia que tiene la adhesión callejera sobre la subsistencia de los aparatos políticos. Si alguien conoce bien la trascendencia estructural de una Plaza de Mayo colmada, son precisamente los movimientos apoyados en figuras carismáticas cuyo saludo por el balcón hacia la masa ha inmortalizado más de una foto. De la misma manera se le teme, cuando el clamor popular no se basa en cánticos partidistas y gritos teológico-políticos, pues un paso en falso puede significar caer en la hoguera. Alfonsín, De la Rúa y el mismo Perón saben muy bien de esto, y el kirchnerismo, a pesar de su reconocida ceguera antes los malos tragos, también lo advierte –aunque para sus adentros, el orgullo populista nunca se manifiesta frente a los enemigos, ¡Es signo de debilidad!-.
A pesar de que esta es una manifestación en teoría carente de partidismo –una de las premisas que vociferan los 5 fiscales organizadores ante cada micrófono que Clarín y La Nación les acercan, sonrisa de por medio- los actores políticos no olvidan que este es un marco en el que las PASO se acercan cada vez con mayor ímpetu, y ven en esta una oportunidad no solo para acompañar en silencio las nobles causas que pueden encontrarse en esta manifestación (como en muchas otras que no gozan de la cobertura que los medios hegemónicos le propician a este episodio) y actúan; tejen la telaraña discursiva en la que intentarán atrapar las moscas votantes a las que buscarán encantar para que introduzcan su boleta en la urna pluralista antes de devorarlas con sus devenires políticos y apetitos personalistas. Así, los presidenciables se paran frente a la marcha midiendo el resultado que las nuevas encuestas le podrían arrojar. Macri, referente del Marketing Político, haciendo un uso telegénico de sus habilidades en redes sociales, compartió hoy temprano una foto blanca, con la inscripción “18F” en negrita, acompañado de la leyenda “Sólo la verdad nos hará libres". Esta filosofía con guiño católico se pronuncia el mismo día en el que el Papa Francisco recibe, en el Vaticano, a algunos familiares de las víctimas del atentado AMIA que no participarán de la marcha. En la política, como en la vida misma, no existe el azar. Será cuestión de esperar y ver si este es simplemente un gesto hacia la Iglesia por parte del líder del PRO, o una nueva manifestación -¿Cuándo no?- de la esencia liberal que arrasa la génesis del Jefe de Gobierno porteño. Massa va a dar su presente acompañado de sus conejitos para la gobernación de la Provincia, aunque hasta hoy son tantos y de tan diversas características, que estarían analizando el realizar una marcha propia, -silenciosa, claro está: cuando el pueblo pide prudencia, prudencia hay que darle-. “El grito del silencio va a retumbar en cada rincón del país” declaró el tigrense a Infobae, dando claras muestras de que si su carrera en la política no funciona, tiene un futuro asegurado como poeta para analfabetos.  Scioli, por su parte, estará ocupado en el acto que el kirchnerismo tiene planeado para hoy a la tarde – ¡Qué casualidad!- en el que Cristina inaugurará la ampliación de Atucha, llamada –sorpresivamente- “Central Nuclear Néstor Kirchner”. Aplaudir, agachar la cabeza, mantenerse con fe, con trabajo, con solidaridad, y con las 3 o 4 conceptualizaciones que ni debe entender pero le recomendaron que se aprenda y recite monótonamente, le ha funcionado hasta ahora al ex piloto cuya carrera deportiva finalizó con el dramático accidente que le costó su mano derecha. Debería cuidarse el Sr. Gobernador de que la política no le quite otra facultad, pues hay cosas, como la dignidad y el amor propio, que si se pierden, no regresan.
 La primera mandataria, además de estar ocupada visitando la planta ubicada a 115 km de Capital Federal, y preparando el discurso que recitará frente a los monos aplaudidores – ¡Público difícil!-, pasó el fin de semana teñida por la imputación con la que se desayunó el viernes.  "La decisión deliberada de encubrir a los imputados de origen iraní (...) fue tomada por la cabeza del Poder Ejecutivo Nacional, la Dra. Cristina Elisabeth Fernández de Kirchner e instrumentada principalmente por el ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación, Sr. Héctor Marcos Timerman", había declarado Nisman, quién horas antes de presentar su defensa frente al Congreso aparecería muerto en su departamento de Puerto Madero, crimen que día a día se embarra más y está lejos de esclarecerse.  El fiscal Gerardo Pollicita, quien maneja la denuncia que realizó Nisman, avanzó no solo sobre Cristina y Timerman, sino también sobre “El Cuervo” Larroque, Fernando Esteche y el polémico Luis D´Elía, que cuando no está clamando por “AMOR, AMOR AMOR” en Intratables, utiliza su twitter para chicanear a Tinelli: la peor figura a la que el kirchnerismo podría haber hecho enojar. Para Aníbal Fernández, Dr. en Protocolo y Ceremonial, “Imputar a la Presidenta sería una maniobra de desestabilización democrática”. Una y otra vez, el modelo recurre a las mismas explicaciones conspirativas para dilucidar las entrañas de los problemas coyunturales con los que se topa en su camino. Tarde o temprano, los defensores pragmáticos del populismo k, retomarán la obra de Gramsci –pensador que utilizan habitualmente, aunque un poco a la ligera- y entenderán que no se puede utilizar justificaciones monocausales para comprender realidades complejas.
Héctor Timerman, compañero de imputación, reiteró más temprano su pedido (no escuchado hasta el momento) a Estados Unidos para incluir el tema AMIA en la conversación que mantiene Washington con Irán. El gobierno de Obama, que entabló conversaciones por temas nucleares con Tel Aviv, respondió con una negativa ante el lacónico encargo que el Canciller argentino elevó. ¿Qué esperaba Timerman? En el exterior se leen los diarios, se escuchan las declaraciones y la palabra, aunque aquí se la lleve el viento y los maletines con dinero, queda impresa. Hace años que juzga la actividad norteamericana, realiza elucubraciones mafiosas con tendencias golpistas y la Presidente misma afirma, en declaraciones extraídas de un cuento de Agatha Christie, “si me pasa algo, miren hacia el Norte”. Al Sur no hay que mirar, claro está, pues allí solo hay cadenas de hoteles, sospechas de lavado de dinero y pingüinos amigos (nada misterioso).
La esfera económica también sacudió la patológica calma del loco que no quiere/puede ver su realidad, que caracteriza al kirchnerismo. El acuerdo comercial con China, que pasó casi inadvertido por la Causa Nisman, tuvo una reacción instantánea por parte de los dirigentes de la UIA, quienes exigieron conocer las cláusulas secretas que contenía el convenio y, a pesar de que luego de la reunión con Cristina bajaron la marcha, hacen saber, de buenas y malas maneras, que no dan el brazo a torcer. Aunque los empresarios decidieron descansar el fin de semana largo –probablemente para disfrutar  el Carnaval y demostrar sus dotes artísticas en el corso- hoy el representante de Techint, Enrique Mantilla, avanzó nuevamente y declaró, en relación al acuerdo, que “es una adaptación pasiva a la política comercial de Beijing, consistente en (intercambiar) infraestructura y bienes industriales por commodities”. El pacto con China, se sostiene, va en contra de la alianza estratégica que se tiene con el Mercosur, y muestra nuevamente que los grupos tradicionales de industriales argentinos le cierran las puertas a los inversores -¿O invasores?- que provengan del gigante asiático puesto que son financiaciones cuyo claro beneficio queda en manos chinas (¡Y las inversiones ni siquiera son en dólares!). Cuidado, los escrúpulos también se negocian, y si no se cree, basta con observar la historia del Grupo Rocca, Techint, Macri y otros tantos más, que se manifiestan PRO industria nacional, pero cuando las ganancias no satisfacen, bajan el pulgar.

En este marco se mueve Cristina, que hoy deberá soportar una expedición por su cabeza, esa que estará liderada por un sector de la Justicia que clama por seguridad e independencia de poderes, ese viaje que comienza en el pulmón de la Ciudad de Buenos Aires y termina en el corazón de la democracia, en esa plaza, frente a la única casa, en la que convergerá ese éxodo de funcionarios amigos del campeón, que ahora, le piden que tire la toalla.