24 de noviembre de 2008

calle del silencio

Osados rayos de luz iluminan la calle, medio ancha, medio angosta que muestra casi toda su materia cuando es alumbrada.
Parece no prenderse a medida que transcurre la luz y llegan las sombras, día tras día, momento tras momento.
El asfalto es añejo, en sus extremos distraídos adoquines le brindan un toque gótico a la calle que permanece callada.
Frondosos arboles y pinos a sus costados forman alamedas de punta en punta a través de la longevidad de ella.
Se mueven con los fuertes vientos pero no emiten sonidos, el roce de las hojas es mudo.
Los pájaros no la sobrevuelan, tratan de evitar atravesarla.
Pocos la recorren, casi ninguno se anima pues la magia de la calle se refleja en la nada.
La nada absoluta, el eterno silencio hace que el temerario o tonto que la recorra pierda toda cordura.
Los tonos grises, los imponentes arboles que se mueven en silencio, la escasez de vida y el completo silencio hacen que las mentes se pierdan entre si y caoticen los calmos interiores…
No hay vida, no hay almas, no hay ruido.
La tranquilidad reina en esta calle, carente de vida, ajena al sonido, amiga de la locura…

1 comentario:

Pamela dijo...

me gusta muchisimo la ultima frase, las descripciones. muy lindo, deberias haber participado del concurso.
acualizaaaaaaa