Estoy cansado de que me lleven al hastío, de que presionen mi ego, agitándolo y torciéndolo, buscando sin sentido una reacción animal de mi carne.
Mi interior, siempre bastante blanco, se va llenando de ira a medida que el silencio sigue siendo cortado por tus nefastas palabras, que sin darte cuenta (o sabiéndolo?) vociferás, ofuscándome.
Desvanecete, andate como siempre hiciste cuando las cosas se complicaron.
No sos más que el humo de un cigarrillo, la sal del mar o el acorde de alguna olvidable canción que escuchaste en un bar al que nunca volverás.
Despertás sentimientos ocultos, callados, que no quieren amanecer y lucho por mantener en sueños lejanos, secretos y pálidos.
Empujás el limite, que palabra a palabra vas desdibujando con tu verbo y sonido, inquietando la frágil calma que tanta psicología me lleva conseguir.
Mantenés una discusión en la cual no quiero participar, y poco a poco comienzo a pensar y mirar hacia mí, reencontrándome con los hechos, el pasado y lo básico.
Odio la dualidad de mi esencia, queriéndote a pesar del mal que has hecho, soportando tu abandónico ser y necesitando, a pesar de todo, tu ausente compañía.
Tus pasos son como notas de alguna trágica sinfonía de Beethoven, que anticipan el final de tu arte, anticipando tu nueva ida, despreocupado, dejando mi centro herido y oscuro.
Basta de recuerdos e idealizaciones, tengo que dejar de subirte a un lugar que vos deshaces y no te interesa pisar jamás.
Tengo que asimilar tus carencias, tus faltas, tu simpleza.
Seguís presionando y la ira no se desvanece, a la sangre empieza a gustarle que vociferes tus imprudentes reproches, ya casi disfruta que empujes mi razón al borde, le gusta planear la consecuencia.
A medida que sigo pensando y tu incesante balbuceo no frena, visualizo en mi interior como la insania y la dulce reacción vendan los ojos de la prudencia, la razón y la calma, que no luchan y permiten, permaneciendo expectantes a la resolución.
El mapa se torna rojo y la violencia me invade, desperdigándote por el ambiente, cuando satisfactoriamente, me vengo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario