2 de diciembre de 2008

luminocidad de la partida

Mis ojos se abren a medida que percibo algo en el cuarto, algo ajeno, algo raro.
Me situo en la eterna negrura mientras los pequeños sonidos cambian de posicion a lo largo del cuarto.
Estoy repleto de incertidumbre ante este bizarro ruido, cargado de temor, rebalsando lo desconocido.
No salgo de la cama, pensando de una manera poco adulta que el acolchado me cubrira de lo que se acerca, de lo que rodea.
A medida que los segundos pasan el cuarto se aclara, mis ojos se acostumbran a su tenue matiz y con mucho esfuerzo logro apenas visualizar el placard, la silla..
Los sonidos siguen y mi ansiedad se acrecienta, siento mi pulso, la adrenalina..
Los sonidos se aproximan, los siento, los escucho.
Cierro los ojos y los entierro dentro de las mantas, respirando velozmente, sintiendo cada gota que cae friamente por mi cara,
Los abro y espio vagamente por una rendija entre la vuelta de sabanas y la veo.
Una luz, un resplandor.
La luz se acerca, irradiando su inmaculada blancura, su gentil silueta
La luz se acerca y afino mi perpleja mirada enfocando para descifrar.. que o quien..
desempaño la mirada y te veo, regalandome una sonrisa, aclarando mi espacio, alegrando el cuarto.
En esto te has convertido.
Una silueta, una luz que aclara mis dias.

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