30 de diciembre de 2008

despertar

Me despierto lentamente de un eterno sueño que parecía no tener fin. Miro a mi alrededor con ojos empañados tratando de situarme en la profunda y agobiante oscuridad.
Me quedo unos momentos analizando con un aire deprimido la situación, mientras llego a la conclusión del despertar.
El denso aire llena la habitación que irradia sueño y me invita suavemente a seguir en ella.
Con un tono resignado me siento en la interminable cama y doy un largo bostezo lleno de nada que empaña el aire.
Me preparo y suspiro un largo respiro repleto de indiferencia. Arreglo la mochila pausadamente, poniendo uno a uno los libros que usaría mas tarde.
Después de un olvidadizo viaje llego al sitio, imponente y cultural, que me recibe con puertas abiertas.
Sopla un leve viento que invita a bailar a las hojas junto a el, y miro, detenidamente las ventanas, las paredes, las puertas; con un paso vacilante, avanzo y entro en mi día...

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